Cuando recibí la invitación para correr el ULTRAMAN, por un lado fue una satisfacción pero por el otro -y a pesar de 5 años de innumerables carreras de aventura y de calle, 4 maratones, 2 ultra-maratones y 10 Ironman- se abría un gran interrogante. ¿Podré con semejante distancia? ¿Tendré la motivación suficiente? La primera pregunta se contesta fácil, tengo que seguir sumando kilómetros en los entrenamientos.
La respuesta a la segunda surgió tomando ideas que había visto y/o leído corriendo afuera. Al buscar una causa por la cual correr, la encontré:
Recaudar fondos para encarar la construcción de Consultorios Externos en el Servicio de Infectología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Se beneficiarán con esta obra los chicos con cáncer, SIDA y otras patologías. Restan recaudar un mínimo de $200.000, y consideraremos cumplido el objetivo alcanzando los $250.000. Los mencionados consultorios serán construidos en un sector separado del área de internación, al que se accederá por una entrada independiente de la actual entrada del hospital, evitando el contacto con otras áreas del mismo. Esto permitirá disminuir notablemente los riesgos de contagio de infecciones, evitando así, complicaciones en el tratamiento e internaciones innecesarias. Permitirá, también, una atención más personalizada de los pacientes.
Si se superara el monto necesario para este proyecto, sería posible destinarlo a otros proyectos con el objetivo de mejorar la calidad de vida del niño enfermo de cáncer.
Teniendo la causa o razón solo restaba encontrar alguien con experiencia en la administración de los fondos y que asegurara que los mismos sean utilizados para cumplir el objetivo planteado. Me contacté con la Fundación Natalí Dafne Flexer que es una organización sin fines de lucro, cuya misión es atender las necesidades emocionales del niño enfermo de cáncer y su familia en todo el país, ayudándolos a enfrentar la enfermedad y a acceder al mejor tratamiento posible.
La Fundación fue creada por Edith Grynszpancholc, en memoria de su hija Natalí. De su paso por distintos tratamientos en el exterior y de sus propias necesidades insatisfechas, nació la idea de poner a disposición de los niños enfermos de cáncer y sus familias, una serie de actividades y servicios -todos ellos gratuitos- que los ayudan a enfrentar la enfermedad y a sobrellevar mejor el tratamiento.
Teniendo al corredor, la causa y a la fundación, sólo resta conseguir un mínimo de 50 empresas que con su aporte ayuden a cumplir con el objetivo. La idea es que las empresas sean socias en el éxito y que su aporte sea acorde al logro alcanzado por el corredor. Las mismas se comprometerían a realizar un aporte de $10 (pesos diez) por kilómetro recorrido. De esta manera, si por cualquier eventualidad el corredor no puede finalizar la prueba, solo aportarán hasta la distancia recorrida.
Como contrapartida a su aporte, las compañías tendrán exposición en la web creada para este efecto y sus nombres figurarán en una placa que se instalará una vez finalizada la obra. La participación en la web se produce desde el momento de aceptar el compromiso y es independiente de la participación de Juan Craveri en la competencia. A mayor anticipación, mayor exposición. Además, estarán incluidas en todas las acciones de prensa que se llevarán a cabo para difundir la iniciativa. También contarán con el beneficio impositivo que otorga toda donación.
"Todos los gastos del viaje y la carrera corren por cuenta de Juan Craveri". |